Lo que las mujeres (ahora no) callan

La pandemia logró dejar en evidencia el rol de la mujer en su dinámica de madre, esposa, hija, amiga y trabajadora. Existe un deseo casi que colectivo de dignificar el valor de la mujer en la sociedad y nada mejor que involucrarse en un escenario laboral que refleje, no sólo el potencial como trabajadora, sino su capacidad resolutiva, el anhelo de liderazgo, la escucha activa, la cooperación y especialmente, la toma de decisiones; la posibilidad de ser escuchadas involucra un actuar distinto en la actualidad, una voz que se levanta con fuerza y recoge las ideas de muchas generaciones que han callado, agachado la cabeza y han abandonado el poder de la palabra por temor a la crítica, y claro, aún falta mucho recorrido en el proceso de dignificar el valor de la mujer en el escenario laboral, pero ahora existe menos temor de actuar, de asumir el mando en una empresa, de ser o no ser madres, de trabajar en ropa cómoda, en jeans o en tacones, de proponer y de innovar. Ahora se calla menos y se actúa más y las empresas tienen el reto de otorgar un lugar significativo a éste deseo, como se mencionó previamente, casi que colectivo. La revolución digital implica un ajuste en el saber ser y el saber hacer y este es un terreno perneado de juicios de valor ante el rol de la mujer, por lo tanto, el reto se encuentra en dicho campo de acción, en donde se debe brillar por la orientación al detalle, el liderazgo cercano, la capacidad resolutiva, el anhelo de trabajo alterno entre casa y oficina pero especialmente, la necesidad de continuar empoderando a las nuevas generaciones, a esas niñas que sueñan con ser las nuevas líderes de la sociedad.